7 Secretos Asombrosos para Contactar a Tus Seres Queridos Fallecidos
Alguna vez te has preguntado si tu abuelita, esa que te hacía los mejores buñuelos, ¿te sigue cuidando desde el cielo? Yo sí. Muchísimo. Después de que mi abue se fue, sentí un vacío enorme. Era como si una parte de mi mundo, la más dulce y reconfortante, se hubiera apagado. Y me preguntaba… ¿estará bien? ¿Me escucha? Supongo que tú podrías sentir lo mismo que yo, o quizás ya lo has sentido. Por eso quiero compartirte lo que he aprendido, algunas cositas que me han ayudado a sentirme más cerca de ella y, quién sabe, quizás a ti también te sirvan. No prometo milagros, pero sí te aseguro que pueden traerte un poquito de paz y consuelo al corazón.
1. Soñar con Ellos: Un Puente al Más Allá
Los sueños, ¡ay los sueños! Para mí, son como películas que nuestro subconsciente nos proyecta. Y a veces, en esas películas, aparecen nuestros seres queridos que ya no están. En mi experiencia, estos sueños no son simples recuerdos. Siento que son visitas reales. Recuerdo una vez, soñé con mi abue. Estaba en su cocina, la de siempre, con su delantal floreado. Estaba preparando buñuelos, ¡como los de antes! Me ofreció uno, y cuando lo mordí, sentí el mismo sabor, el mismo cariño… Al despertar, me sentí extrañamente tranquila y reconfortada. Yo pienso que los sueños son una forma en que nuestros seres queridos se comunican con nosotros, una manera de decirnos que están bien y que nos siguen amando. Si sueñas con alguien que ya no está, presta atención a los detalles: ¿qué te dice? ¿Dónde están? ¿Qué sientes? Esos detalles pueden ser mensajes importantes.
2. La Escritura Automática: Deja que Ellos Guíen Tu Mano
La escritura automática suena como algo sacado de una película de terror, lo sé. Pero en realidad, es una técnica muy sencilla y, en mi opinión, muy poderosa. Se trata de tomar una pluma y un papel, relajarte, y dejar que tu mano escriba sin pensar. Sí, así como lo oyes. Al principio, puede ser difícil. Te sentirás raro, como si estuvieras haciendo algo mal. Pero con la práctica, verás cómo las palabras empiezan a fluir solas. En mi caso, al principio solo salían garabatos y frases sin sentido. Pero poco a poco, empecé a escribir cosas que yo no habría pensado por mí misma. Una vez, mientras practicaba la escritura automática, escribí: “No te preocupes, estoy cuidando de las gardenias.” Las gardenias eran las flores favoritas de mi abue y siempre las cuidaba con mucho cariño. Esa frase me dejó helada. ¿Cómo sabía mi mano eso? Yo creo que la escritura automática es una forma de abrir un canal de comunicación con el más allá. Es como si nuestros seres queridos pudieran usar nuestra mano para escribirnos mensajes.
3. Señales del Universo: Presta Atención a las “Casualidades”
¿Alguna vez te ha pasado que justo cuando estás pensando en alguien, te encuentras con algo que te lo recuerda? Un programa de televisión, una canción, un objeto… Yo creo que esas no son simples coincidencias. Son señales del universo. Son pequeñas “llamadas” de nuestros seres queridos que ya no están. Por ejemplo, mi abue amaba los colibríes. Siempre decía que eran mensajeros de la alegría. Después de su partida, empecé a ver colibríes por todas partes: en mi jardín, en el parque, incluso en la calle. Para mí, cada colibrí era una señal de ella, una manera de decirme: “Estoy bien, no te preocupes.” Abre tus ojos y presta atención a las “casualidades”. Puede que sean mensajes disfrazados.
4. Objetos con Historia: Toca y Siente su Presencia
Los objetos que pertenecieron a nuestros seres queridos son como portales al pasado. Tocar su ropa, mirar sus fotos, oler su perfume puede transportarnos a momentos felices y hacernos sentir más cerca de ellos. En mi experiencia, rodearme de las cosas de mi abue me ayuda a sentir su presencia. Tengo su chal favorito, ese que siempre usaba para protegerme del frío. Cuando lo abrazo, siento como si ella me estuviera abrazando a mí. También tengo su rosario, ese que siempre llevaba consigo. Cuando lo rezo, siento su paz y su amor. No subestimes el poder de los objetos con historia. Pueden ser una fuente de consuelo y conexión. Una vez leí un artículo fascinante sobre este tema, échale un ojo en https://lfaru.com.
5. La Meditación: Un Espacio para Conectar con lo Divino
La meditación es una práctica que nos ayuda a calmar la mente y conectar con nuestro interior. En ese estado de calma y quietud, es más fácil escuchar la voz de nuestra intuición y, quizás, la voz de nuestros seres queridos que ya no están. Yo al principio, era malísima para meditar. Me distraía con cualquier cosa, ¡hasta con el zumbido de una mosca! Pero poco a poco, con la práctica, aprendí a enfocarme y a silenciar mi mente. Y fue en esos momentos de silencio cuando empecé a sentir la presencia de mi abue. No la veía ni la escuchaba con mis oídos, pero sentía su amor y su guía. La meditación puede ser una herramienta muy poderosa para conectar con el más allá.
6. El Poder de las Velas: Ilumina el Camino hacia el Más Allá
Las velas, desde tiempos inmemoriales, han sido utilizadas como símbolos de luz y esperanza. Encender una vela en memoria de un ser querido puede ser un acto muy significativo y reconfortante. Yo creo que las velas crean un ambiente especial, un espacio sagrado donde podemos sentirnos más cerca de aquellos que ya no están. Cuando enciendo una vela para mi abue, siento como si estuviera iluminando el camino hacia ella. Es como si estuviera enviándole un mensaje de amor y recuerdo. Además, la luz de la vela me recuerda que, aunque ella ya no esté físicamente conmigo, su luz sigue brillando en mi corazón.
7. Visitas a Lugares Especiales: Revive los Recuerdos
Visitar los lugares que eran importantes para nuestros seres queridos puede ser una forma de revivir los recuerdos y sentir su presencia. El parque donde jugaban, la iglesia donde se casaron, la casa donde vivieron… Esos lugares están cargados de energía y emociones. Yo recuerdo que a mi abue le encantaba ir al mercado los domingos. Siempre compraba flores y frutas frescas. Después de su partida, me costaba mucho ir al mercado. Me sentía muy triste. Pero un día, decidí ir. Caminé por los mismos pasillos que ella, compré las mismas flores que le gustaban, y sentí como si ella estuviera caminando conmigo. Fue un momento muy emotivo y sanador. Visitar los lugares especiales de nuestros seres queridos puede ser una forma de honrar su memoria y sentir su amor.
Así que ahí lo tienes, amigo mío. Siete formas de conectar con tus seres queridos que ya partieron. No son recetas mágicas, claro está. Requieren paciencia, fe y, sobre todo, mucho amor. Pero te aseguro que, si las pones en práctica, pueden traer un poquito de luz y consuelo a tu vida. Y recuerda, aunque ya no estén físicamente con nosotros, su amor siempre vivirá en nuestros corazones. ¡Descubre más en https://lfaru.com!
